jueves, 28 de septiembre de 2017

Foo Fighters : Concrete And Gold (2017)

"Lejos de decepcionar..."

En su momento a algunos nos sonó sensato e incluso necesario el que, tras la gira promocional del aclamado (por todos, menos mi persona) Wasting light, Dave Grohl esbozara la idea de darle descanso por unos años a Foo Fighters. Y es que 2012 parecía un buen momento para poner el freno, considerando sobretodo las buenas críticas obtenidas por el mencionado álbum, las cuales lograron aplacar la falta de ideas que comenzaba a visualizarse en las composiciones de la banda.  Además, fuera de lo musical, estaba la sobre exposición de Dave Grohl, quien dicho en simple: nos aparecía hasta en la sopa. 

El tiempo, sin embargo, demostró que eso de la pausa no fue más que una charada o mera estrategia comercial por parte del guitarrista, ya que la banda, lejos de descansar, regresó en 2014 con un ambicioso (y fallido) Sonic highways, y no conformes, en 2015 con un peor aún St. Cecilia. Dos trabajos para el olvido.

Por todo esto, que un par de meses atrás llegase a nosotros un single como 'Run' resultó ser una gratísima sorpresa. Un single maravilloso (una de las canciones del año para quien escribe) que fue capaz de conjugar peso y melodía de manera impecable, con un puente/coro sensacional y, por si todo esto fuese poco, un videoclip a la altura de sus mejores y más irreverentes momentos. 

¿Se vendría entonces el gran disco de Foo Fighters que Grohl viene prometiendo desde hace una década? La respuesta es clara: NO. Sin embargo, algo si esta vez hay que darles: han estado lejos de decepcionar.


Podríamos comenzar afirmando que desde In your honor (2005) no oía a unos Foo fighters tan diversos/furiosos/ruidosos pero atinados a la vez. Además de la mencionada 'Run', canciones como 'Arrows' (un manjar de tema), 'Le dee da' (que si, es auto plagio descarado de 'White limo', pero funciona), el rock & roll de 'Make it right' (algo repetitiva y predecible, si) o el medio tiempo 'The sky is a neighborhood', dan muestras de una banda que ha logrado escapar de la comodidad de sus últimas dos a tres entregar para conjugar esta vez de manera impecable un rock duro con la frescura de un sonido a estas alturas característico. 

Si a estas cinco agregamos a 'Dirty water', que comienza en acústico y mostrándose inofensiva para acabar entre explosiones (que si se extendían por un minuto más no me molestaba), la melódica pero convincente 'The line' y el cierre a cargo de 'Concrete and gold' (la canción), donde Grohl se disfraza durante cinco minutos de su amigo Josh Homme, que decir, resulta imposible no reconocer que estamos frente a un trabajo que convence y se deja disfrutar sin ningún problema.

Las pausas del álbum vienen dadas, en primer lugar, por la acústica 'Happy ever after (zero hour)' (muy McCartney esta, una especie de mix Beatle entre 'Blackbird' +  'She came in through the bathroom window'), y luego por 'Sunday sun', interpretada por Taylor Dawkins, quien claramente ha solicitado algo de protagonismo en este álbum. Las melodías de estas dos son agradables pero ocurre en ambos casos el que estas se extienden demasiado (a 'Sunday sun' le sobra más de un minuto) y la banda no ha sabido cerrarlas, siendo este uno de los pocos defectos que se le pueden encontrar a un álbum sólido, fresco y dinámico.

Concrete and gold me parece es el álbum que, quienes habíamos perdido la fe en Foo fighters, necesitábamos. Quizás la vara venía muy abajo, puede ser, pero esto es lo "mejor" que han parido en al menos una década.

6,5 / 10
Cumple y algo más...


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